lunes, 12 de agosto de 2019

2 REYES. CAPÍTULO 24.

241Durante su reinado, Nabucodonosor, rey de Babilonia, hizo una expedición militar, y Joaquín le quedó sometido por tres años. Pero se le rebeló.
2Entonces el Señor mandó contra él guerrillas de caldeos y sirios, moabitas y amonitas; los envió contra Judá para aniquilarla, conforme a la palabra que había pronunciado por sus siervos los profetas. 3Eso le sucedió a Judá por orden del Señor, para apartarla de su presencia por los pecados que había cometido Manasés, 4por la sangre inocente que derramó hasta inundar a Jerusalén; el Señor no quiso perdonar.
5Para más datos sobre Joaquín y sus empresas, véanse los Anales del Reino de Judá.
6Joaquín murió, y su hijo Jeconías le sucedió en el trono.
7El rey de Egipto no volvió a salir de su país, porque el rey de Babilonia se había apoderado de las antiguas posesiones del rey de Egipto, desde el Nilo hasta el Éufrates.

Jeconías de Judá (598-597) (2 Cr 36,9-10)

8Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. 9Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre.
10En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. 11Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. 12Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. 13(Se llevó los tesoros del templo y de palacio, y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. 14Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos -diez mil deportados-, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe). 15Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados de Jerusalén a Babilonia el rey, la reina madre y sus  mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, 16todos los ricos -siete mil deportados-, los herreros y cerrajeros -mil deportados-, todos aptos para la guerra. 17En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías.

Sedecías de Judá (597-587) (2 Cr 36,11-14)

18Cuando Sedecías subió al trono tenía veintiún años, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal, hija de Jeremías, natural de Libna. 19Hizo lo que el Señor reprueba, igual que había hecho Joaquín. 20Eso le sucedió a Jerusalén y Judá por la cólera del Señor, hasta que las arrojó de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Explicación.

24,1 De repente, sin previo aviso, nos encontramos en escena con el famoso Nabucodonosor, rey de Babilonia. Su padre Nabopolasar, aliado con Ciaxares, rey de Media, conquistó Nínive, el año 612, cumpliendo la profecía de Nahún. El reino asirio subsistió un par de años y desapareció para siempre. De los dos aliados, Babilonia resultó el más fuerte; quizá porque los medos comenzaban ya las peleas con otro pueblo indoeuropeo: los persas. En el espacio de apenas un reinado, el dominio de Oriente pasó de Asiria a Babilonia: es el segundo imperio babilónico, regido por una dinastía aramea, como el primero (626-539).

Cuando Necó llegó por fin a la cita para la batalla decisiva, en Cárquemis, se encontró con un enemigo nuevo: Nabucodonosor de Babilonia. Y fue derrotado tan gravemente (605), que por mucho tiempo no pudo rehacerse. Así el reino de Babilonia se convierte en el imperio de turno, señor de una constelación de vasallos. Uno de tantos es Judá. Y cuando el soberano no se digna enfrentarse con algún vasallo, puede incitar a otros vasallos que realicen gratuitamente sus designios. Le bastan pequeños destacamentos antes de presentarse en batalla campal.

24,2 Jr 25,9.

24,2-4 El autor considera estas hostilidades catastróficas; en realidad eran sólo el preludio de la catástrofe, provocada por Joaquín y su partido de patriotas. Jeremías declaró que la salvación estaba en reconocer el dominio babilónico, que el templo no era un talismán mágico, capaz de proteger sin más a la ciudad y al pueblo. Los patriotas declararon a Jeremías enemigo de la patria, desmoralizador de las tropas, lo encarcelaron, intentaron matarlo. El espíritu de resistencia se hizo cada vez más fanático, la vana confianza en el templo cada vez más ciega. De esta manera ellos mismos aceleraron el cumplimiento de la sentencia divina.

24,6 Joaquín murió joven, sin ver la catástrofe.

24,8 El partido de la resistencia contaba con que el hijo de Jeconías (Yehoyakin) continuase la política paterna. Al principio el joven cedió a los ministros; pero cuando un ejército en regla asedió la capital, Jeconías se rindió para salvar la vida y la ciudad. El emperador tomó represalias, impuso fuertes tributos y nombró un rey vasallo, de la familia de Josías: Sedecías. 

24,12 Entre los deportados de la primera ola marchó a Babilonia un joven sacerdote que había de recibir su vocación profética en el destierro; anunció la caída definitiva y la esperanza de restauración; se llamaba Ezequiel. Para este profeta, Jeconías sigue siendo el rey legítimo, los años se siguen contando según su sucesión al trono.

24,13-14 Adición posterior que anticipa hechos de la segunda deportación. Véase Jr 27,22. Los versos siguientes dan la versión original. * O: según lo que había anunciado el Señor, Is 20,17s.

24,15-16 Con estas medidas, Nabucodonosor creyó domada la resistencia de los judíos. Se engañaba.

24,17 Es un hijo de Josías, hermano uterino de Joacaz, el rey depuesto por Necó. También Nabucodonosor respetó los sentimientos religiosos del pueblo, dando al nuevo rey un nombre yahvista. Sedecías significa "justicia" (o victoria) del Señor". ¿Hay un toque de ironía en semejante nombre? (cfr. Jr 23,6).

24,20 Otra vez Jeremías tuvo que enfrentarse con el rey y el partido de los patriotas. El profeta predicaba la rendición, el vasallaje, como único medio para salvar lo que quedaba de vida nacional. Los nuevos ministros reavivaron el espíritu de resistencia, y el rey fue demasiado débil para tomar una decisión valiente y salvadora.

En Egipto, Psamético II sucedió a Necó (593-588). En su tiempo, una embajada de confederados, Amón, Moab, Edom y tiro, fueron a Jerusalén con intención de ganarse al rey para una rebelión contra el poder babilónico. Sedecías vaciló, sin llegar a consumar la rebelión. A Psamético le sucedió Ofra (588-569), el cual comenzó la vieja política de influjo sobre Siria y Palestina. Contra los consejos y amenazas de Jeremías, el partido de la resistencia se impuso al rey, y éste se rebeló. Nabucodonosor no podía tolerar el resurgir de Egipto que aquella rebelión significaba; así que se dirigió con un gran ejército a Siria. Estableció el cuartel general en Ribla y desde allí despachó dos cuerpos de ejército: uno contra Siria, otro contra Judá y Jerusalén.

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