lunes, 12 de agosto de 2019

2 REYES. CAPÍTULO 12.

Joás de Judá (835-796) (2 Cr 24)

121Cuando Joás subió al trono tenía siete años 2(era el año séptimo de Jehú) y reinó en Jerusalén cuarenta años. Su madre se llamaba Sibyá, natural de Berseba. 3Joás hizo siempre lo que el Señor aprueba, siguiendo las enseñanzas del sacerdote Yehoyadá. 4Pero no desaparecieron las ermitas de los altozanos; la gente seguía ofreciendo allí sacrificios y quemando incienso.
5Joás dijo a los sacerdotes:
-Todo el dinero de las colectas del templo, el dinero del empadronamiento, el de los impuestos según la tarifa personal y el de las ofertas voluntarias 6que lo recojan los sacerdotes a través de sus ayudantes para reparar los desperfectos del templo.
7Pero el año veintitrés del reinado de Joás lo sacerdotes todavía no habían reparado los desperfectos del templo. 8Entonces Joás convocó al sacerdote Yehoyadá y a los otros sacerdotes, y les dijo:
¿Por qué no habéis reparado todavía los desperfectos del templo? En adelante, no os quedéis con el dinero recibido a través de vuestros ayudantes; tenéis que entregarlo para los desperfectos del templo.
9Los sacerdotes aceptaron no recibir dinero de la gente ni encargarse de reparar los desperfectos del templo. 10El sacerdote Yehoyadá tomó un cofre, hizo una ranura en la tapa y lo puso junto al altar, a mano derecha según se entra en el templo. Los sacerdotes porteros echaban allí todo el dinero que se traía al templo. 11Cuando veían que había mucho dinero en el cofre, subía el secretario real con el sumo sacerdote, lo vaciaban y contaban el dinero que había en el templo. 12Luego entregaban el dinero ya contado a los maestros de obras encargados del templo, para pagar a los carpinteros y albañiles que trabajaban allí, 13y a los tapiadores y canteros, para comprar madera y piedra de cantería, para reparar los desperfectos del templo y para todos los gastos de la conservación del edificio. 14Con el dinero que se traía al templo no se hacían palanganas de plata, cuchillos, hisopos, trompetas, ni ningún utensilio de oro o de plata para el templo, 15entregaban el dinero a los maestros de obras y con él reparaban el edificio. 16Y no se pedían cuentas a aquellos a quienes se entregaba el dinero, porque procedían con honradez. 17El dinero de los sacrificios penitenciales y el de los sacrificios por el pecado no iba a parar al templo, sino que era para los sacerdotes.
18Por entonces Jazael, rey de Siria, atacó a Gat y la conquistó. Luego se volvió para atacar a Jerusalén. 19Pero Joás de Judá recogió todas las ofrendas votivas de los reyes de Judá predecesores suyos, Josafat, Jorán y Ocozías, sus propias ofrendas, más todo el oro que había en el tesoro del templo y del palacio real, y se lo envió a Jazael de Siria, que se alejó de Jerusalén.
20Para más datos sobre Joás y sus empresas, véanse los Anales del Reino de Judá.
21Sus cortesanos tramaron una conspiración y lo mataron cuando bajaba por el terraplén. 22Lo asesinaron sus cortesanos Yozabad, hijo de Simat, y Yehozabad, hijo de Somer. Lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David, y su hijo Amasías le sucedió en el trono.

Explicación.

12 Dado el papel decisivo que templo y sacerdote han desempeñado en la salvación de la dinastía, no es extraño el interés del rey por el templo; sobre todo durante la menor edad, cuando el sacerdote Yehoyadá era su consejero inmediato. Pero sucede que los sacerdotes comienzan a explotar la situación para provecho personal, especialmente económico. Era un pecado semejante al de los hijos de Elí, y es probable que crease descontento entre el pueblo, y que las ofrendas no obligatorias disminuyesen.

Cuando el rey cumplió treinta años, decidió enfrentarse con la situación y con la clase sacerdotal del templo. Señal de que el rey se sentía fuerte en aquel momento y apoyado por el pueblo, porque la medida impuesta fue rigurosa. Los sacerdotes tuvieron que someterse, y el mismo Yehoyadá inventó el cepillo de las ofrendas (una invención de éxito secular). La medida del rey tuvo que crear un tensión entre la corona y el sacerdocio. Se puede pensar que el asesinato de Joás tuviera que ver con esa hostilidad latente. Durante su reinado sucedió el asesinato de Zacarías, hijo de Yehoyadá (o Baraquías).

12,3 Mal 2,7.

12,5 Lv 27,1-8.

12,17 Lv 7,1-7.

12,18 Gat se encontraba en territorio filisteo y era la puerta de uno de los accesos desde la costa al interior. Esta campaña supone que el rey de SIria rodeó el Carmelo a occidente y siguió bajando a lo largo del mar.

12,21 El final del verso es dudoso en el texto hebreo.

12,22 También una conspiración es diversa en el reino meridional, pues no sirve a usurpadores del trono: la dinastía de David perdura.

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