Ocozías y Elías
11Cuando murió Ajab, Moab se rebeló contra Israel 2En Samaría, Ocozías se cayó por el mirador, desde el piso de arriba y quedó malherido. Entonces despachó unos mensajeros con este encargo:
-Id a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, a ver si me curo de estas heridas.
3Pero el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita:
-Anda, sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: <<¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?>>. 4Por eso, así dice el Señor: <<No te levantarás de la cama donde te has acostado. Morirás sin remedio>>.
Elías se fue. 5Los mensajeros se volvieron, y el rey les preguntó:
-¿Por qué os habéis vuelto?
6Le contestaron:
-Nos salió al encuentro un hombre y nos dijo que nos volviéramos al rey que nos había enviado, y que le dijéramos: <<Así dice el Señor: ¿Es que no hay un Dios de Israel, para que mandes a consultar a Belcebú, dios de Ecrón? Por eso no te levantarás de la cama donde te has acostado. Morirás sin remedio.
7El rey les preguntó:
-¿Cómo era el hombre que os salió al encuentro y os dijo eso?
8Le contestaron:
-Era un hombre peludo y llevaba una piel ceñida con un cinto de cuero.
El rey comentó:
-¡Elías, el tesbita!
9Y despachó en su busca a un oficial con cincuenta hombres. Cuando subió éste en busca de Elías, se lo encontró sentado en la cima del monte. El oficial le dijo:
-Profeta, el rey manda que bajes.
10Elías respondió:
-Si soy un profeta, que caiga un rayo y te abrase a ti con tus hombres.
-Entonces cayó un rayo y abrasó al oficial y a sus hombres.
11El rey mandó otro oficial con cincuenta hombres. Subió y le dijo:
-Profeta, el rey manda que bajes en seguida.
12Elías respondió:
-Si soy un profeta, que caiga un rayo y te abrase a ti con tus hombres.
Entonces cayó un rayo y abrasó al oficial y a sus hombres.
13Por tercera vez mandó el rey un oficial con cincuenta hombres. Subió y, cuando llegó frente a Elías, se hincó de rodillas y le rogó:
-Profeta, te lo pido, respeta mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos. 14Ya han caído rayos y han abrasado a los dos oficiales que vinieron antes y a sus hombres. Ahora respeta mi vida.
15El ángel del Señor dijo entonces a Elías:
-Baja con él, no tengas miedo.
16Elías se levantó, bajó con él para presentarse al rey, y al llegar le dijo:
-Así dice el Señor: Por haber mandado mensajeros a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, como si en Israel no hubiese un Dios para consultar su oráculo, no te levantarás de la cama donde te has acostado. Morirás sin remedio.
17El rey murió, conforme a la profecía de Elías, y Jorán, su hermano, le sucedió en el trono el año segundo del reinado de Jorán de Judá, hijo de Josafat (porque Ocozías no tenía hijos).
18Para más datos sobre Ocozías, véanse los Anales del Reino de Israel.
Explicación.
1 Este capítulo recoge la última intervención de Elías antes de desaparecer. Ha cambiado el rey de Israel, pero las relaciones del profeta con el monarca son semejantes. Elías no es un profeta de corte, sino que "va al encuentro" con su oráculo.
1,2 El mirador tendría una celosía que cedió al apoyarse el rey. Belcebú es una deformación maliciosa de los israelitas: originariamente es Baal Zebul = Baal Príncipe, que fácilmente se deforma en Baal Zebub = Baal de las Moscas; a través del NT pasa a nuestras lenguas como designación del diablo: Belcebú.
1,3 "Yo doy la muerte y la vida, yo desgarro y yo curo", dice el Señor en Dt 32,29; véase también Is 19,22; Os 6,1; Job 5,18.
1,4 Is 38,1.
1,8 Zac 13,4.
1,9 Hay un juego de palabras en el diálogo: el verbo "bajar-caer" es el mismo, el sujeto es el profeta y el rayo. El rey pretende dar órdenes al hombre de Dios, éste da órdenes al rayo.
1,10 Eclo 48,3.
1,15 Elías baja cuando recibe una orden del mensajero del Señor; no está sometido a las órdenes del rey.
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